Cada lengua un mundo: una experiencia sobre la doble lengua materna





La lengua que hablamos es en sí misma la esencia del mundo que habitamos, el marco de las formas en las que actuamos y la visión que tenemos de la realidad. Configura nuestro pensamiento y le da sustancia a nuestras creencias, tradiciones y hábitos cotidianos. Gracias a la lengua y a todos los mecanismos extralingüísticos que conforman más ampliamente el lenguaje es que somos capaces de producir significados, de construir sentidos y de objetivar la experiencia. De ahí que cuando emigramos nos enfrantamos a un cambio cultural y una forma distinta de conocer la realidad.

A quienes les ha tocado migrar de país, de cultura, de lengua, viven un proceso de aprendizaje de todas las convenciones lingüísticas y no lingüísticas de comunicación, es una experiencia en la que pueden llegar a sentirse como regresar a los primeros años de vida; aprender a hablar, a comunicarse, a leer, a escribir, con la complejidad que implica que no están aprendiendo de cero sino que ya tienen un mundo dentro, una lengua que durante años les ha brindado un piso firme donde moverse, actuar, conocer, manifestarse.


¿Y si tenemos hijos en esa nueva realidad, qué decisiones tomaremos en torno al idioma que ha sido nuestra casa desde la más tierna infancia?



En esta publicación queremos compartir la experiencia de una niña con doble lengua materna, algunas enunciaciones sobre el marco teórico del bilingüismo infantil y unas recomendaciones finales para madres y padres que se encuentran ante la disyuntiva de si dejar en herencia su lengua de origen o no.


"Hola, soy Karla y quiero compartir nuestra experiencia en torno a la doble lengua materna desde la cuna y espero que pueda ser útil a madres y padres que pronto vivirán una aventura como ésta y se sienten un poco atemorizados o simplemente no saben cómo abordarán la situación y también para quienes ya la viven y quisieran comentarnos sus experiencias.





La llegada de Luna

Desde que supe que tendría a Luna comenzó mi comunicación verbal con ella en mi propio idioma, jamás me planteé la duda sobre en qué idioma le hablaría a mi hija, de igual forma ocurrió con su papá, ambos asumimos de manera natural que cada quien comunicaría su amor hacia ella en nuestros respectivos idiomas maternos. Le cantaba, le contaba cuentos, le explicaba lo que estaba haciendo, le describía lo que veía y ese tipo de comunicación ha permanecido hasta hoy.

Luna comenzó a hablar

Luna comenzó a hablar en el tiempo en que generalmente lo hacen todos los niños, derribando con ello uno de los mitos que nos han hecho creer que quienes tienen doble lengua materna tardan más en iniciar el proceso de comunicación verbal. Cada niño tiene ritmos de aprendizaje propios y el habla ocurre más tarde o más temprano independientemente del bilingüismo, incluisve, tampoco tiene que ver con sus capacidades intelectuales a futuro, un ejemplo es Einstein, quien empezó a hablar a los tres años de edad.

Para nuestra fortuna, no sabíamos de tal mito en ese momento, pero seguramente muchos padres que ya han leído o escuchado esa información se someterán a mucho estrés especulando sobre si su hijo es lento o no. Al respecto no podría más que aconsejar que lo tomen con calma, su niño o niña aprenderá a hablar y lo hará en dos idiomas.
 

Traductora simultánea

Dos de nuestras primeras experiencias (cuando Luna comenzó a hablar fluidamente) y de las más divertidas, fueron las siguientes: una vez, ella sentada entre su papá y yo, intentaba contarnos algo al mismo tiempo, así que volteó a su derecha a contármelo en español y luego volteó a su izquierda a contarle lo mismo a su padre en alemán. Lo impresionante era ver a una niña tan pequeñita cambiar de idioma con tal rapidez, facilidad y naturalidad a un solo movimiento de cabeza.

En otra oportunidad, le dije algo a Stephan en español y él me respondió que no entendía, inmediatamente Luna le hizo toda la traducción al alemán. Stephan sólo pudo reír y comentar: es maravilloso, tengo mi propia traductora en casa.

Fue a partir de esas dos experiencias que comencé a preguntarme cómo manejaríamos ese asunto y si lo que habíamos hecho hasta el momento era lo correcto. Como por arte de magia cayó en mis manos un artículo que básicamente recomendaba que cada progenitor, en el caso del hogar, o cada formador en el caso de la escuela, le hablara al niño o niña en un solo idioma. Eso me bastó para sentirme tranquila, sin embargo, comenzó la socialización con otras familias con situaciones similares y experiencias totalmente diferentes.

Sin que mi madre sepa

Conocimos a una familia de mami latina y padre austríaco, tienen dos niños, la mamá les habla en español pero ellos siempre responden en alemán. Una vez les dije: conmigo tendrán que hablar en español porque yo no entiendo el alemán, la niña me respondió sin pensarlo: pues, lo siento por ti, se dio media vuelta y se fue, el varón, sin embargo, se quedó pensando y al final con mucho esfuerzo respondió en español: voy a intentarlo pero sin que mi madre sepa (hasta hoy ha sido nuestro secreto). Éste ha sido uno de los casos más comunes que he visto y casi todos los padres concluyen que es más cómodo hablar en el idioma en el que hay más interacción en la escuela, con la familia, amigos, etc.

También he conocido padres que optaron por no hablarles a su hijos en su lengua materna y enseñarles el idioma del país de residencia por temor a la exclusión social o por temor a que el aprendizaje de ambos idiomas confundan a sus críos.

Multilingüismo

Hubo un día en el que mi nena de tres años y yo tomamos el ascensor junto a una vecina. La señora me preguntó en inglés si Luna hablaba inglés también, yo le respondí que no y rápidamente Luna me dijo en inglés que sí, que ella lo hablaba.

He de contar en este momento que cuando conocí a Stephan yo apenas manejaba algunas palabras en alemán y él algunas palabras en español, así que nos tocó echar mano del inglés como idioma de comunicación entre nosotros y luego fue difícil cambiar, la comunicación ya estaba dada de esa manera y hasta hoy nos funciona.

Descubrimos entonces que nuestra hija aprendió a hablar inglés escuchando a sus padres, pues a ella jamás le hemos hablado directamente en ese idioma.

Tenemos una linda vecinita de padre español, madre búlgara y que ha crecido en Austria y maneja los tres idiomas a la perfección. También tengo una amiga de padres españoles que creció en Bulgaria y allá estudió en colegios franceses, ella me comentó que nunca sintió dificultad entre hablar español, búlgaro o francés. Son apenas algunas experiencias que nos iluminan el camino.

¿Cuál es su lengua materna?

El día que inscribimos a Luna en el Kindergarten, la directora preguntó cuál era su lengua materna, a lo que respondimos: español y alemán. Nos preguntó de otra manera que en cuál idioma se desenvolvía mejor la niña y nuestra respuesta fue la misma: español y alemán. Ya un poco desesperada, la señora pregunta que cuál era el idioma de la familia, que en cuál idioma hablábamos los padres y le respondimos que en inglés. Con cara de resignación, la directora escribió en el formulario que la niña tenía doble lengua materna.

Hasta el día de hoy me asombra tal situación en la que sentí que se nos estaba forzando, de alguna manera, a escoger una sola lengua como materna y no tener la opción del bilingüismo desde  la cuna.

Continuará

No faltó quien pronosticara que siendo tan buena en idiomas, Luna tendría problemas en matemáticas, otros pronosticaron que sería una niña brillantísima, ambas aseveraciones no son ciertas. Actualmente, Luna cursa el tercer grado de primaria y le va de maravilla con las matemáticas, sabe leer y escribir en ambos idiomas y, de vez en cuando, comete errores de ortografía en ambos idiomas, a veces confunde la fonética o la gramática de un idioma con el otro, pero seguimos aprendiendo juntos y mejorando cada día y esto nos permite decir que nuestra aventura ha sido hermosa y llena de descubrimientos".




Tomar la decisión del bilingüismo no es tarea sencilla, muchos padres transmiten su lengua de origen a las nuevas generaciones porque entienden que la lengua es parte fundamental de la identidad grupal que no quieren perder; otros, perciben que la lengua puede ser útil para las estructuras sociales del país que los recibe y por motivos de estatus oficial, entre otras razones, prefieren que sus hijos o hijas adquieran sólo la lengua del país de residencia.

Si se asume la primera opción, el niño o la niña estará en interacción con la lengua materna de su madre, padre o ambos y con el idioma del país que los recibe, de manera que se trata de aprender dos lenguas en yuxtaposición de dos culturas. Más de la mitad de los niños y niñas del planeta viven esta realidad a lo que se conoce como bilingüismo infantil y cuyo proceso de desarrollo en los primeros años de vida, en la experiencias escolares y en la adolescencia, no deberían representar mayores riesgos si tanto la escuela como los padres y madres contamos con el conocimiento básico de dicho proceso y el manejo de ciertas herramientas para potenciar el aprendizaje de nuestros niños y niñas bilingües.

El proceso más armónico en el que podemos trabajar y acompañar a nuestros hijos e hijas es en el llamado bilingüismo natural, es decir, aquel en el que el niño o la niña deciden cuál idioma hablar según la situación comunicativa en la que se encuentren, tal como ocurre en el caso de Luna. Luna no sólo es capaz de cambiar de código y volver al otro sin mayores incovenientes sino que, además, usa todos los recursos extralingüísticos particulares de cada uno (gestos, entonación, etc) y en el que su comunicación en ambos idiomas es de manera fluida y espontánea.

¿Cómo hacemos esto posible con nuestros hijos e hijas? Brindando un ambiente propicio y rico en variadas situaciones comunicativas y expresivas en ambos idiomas. La guía y el empeño de nosotros como padres y madres es fundamental.

A muchos les preocupa que el bilingüismo pueda afectar el rendimiento escolar de sus pequeños, sin embargo, diversas investigaciones han demostrado todo lo contrario y aunque, dependiendo del ambiente en el que se desarrollen, pudiesen tener interferencia entre los sistemas fonológicos, léxicos y gramaticales de ambos idiomas, los aspectos positivos son mayores en términos cognoscitivos:

  • Tienen mayor conciencia metalingúística, es decir, aprenden muy pronto a pensar sobre la lengua y sus mecanismos de comunicación, entre otros aspectos.
  • Usan mayores y más diversas estrategias cognoscitivas para la solución de problemas.
  • Son capaces de utilizar dos sistemas de razonamiento lógico y, por tanto, un sistema de clasificación mucho más amplio.
  • Tienen mayor conciencia fonológica, lo que puede incidir en el aprendizaje más rápido de otros idiomas, ya que desarrollan mejor la discriminación auditiva.
  • Pueden desarrollar conciencia sobre la comprensión de que cada lengua es una forma particular de organizar la realidad y conceptualizar el mundo, este tipo de entendiemiento es importante para el pensamiento crítico y flexible y para construir puentes entre la diversidad de las culturas del planeta.



Debemos entender que el lenguaje influye en la percepción que tenemos de la realidad. En el caso de los niños y las niñas bilingües hay una especie de dualidad en esa percepción del mundo, por tanto, son capaces de conocer y valorar los distintos matices de un mismo fenómeno a partir del conocimiento de las dos culturas que los componen, de manera que el bilingüismo, lejos de ser un problema, es una oportunidad para potenciar su aprendizaje.


Algunas recomendaciones:


  • Si el niño o la niña mezcla las dos lenguas en la misma situación comunicativa, es importante que analicemos los posibles modelos y preguntarnos: ¿hacemos uso de este tipo de mezclas en las situaciones familiares cotidianas? También debemos estar atentos de si se trata de una forma de protesta con la que buscan ser reconocidos en su identidad, muy común en los adolescentes. Con la mezcla de ambas lenguas, muchas veces buscan reafirmarse como un ser con dos culturas o, más aún, con una tercera cultura producto de la integración de las dos anteriores. Sin embargo, esto puede ser un problema en la escuela, así que luego de analizar los posibles modelos es fundamental brindar posibilidades de expresión plena en ambos idiomas.
  • Es importante desarrollar percepciones positivas de las distintas culturas nacionales en relación a similitudes y diferencias entre ellas y que la forma de conocerlas más intesamente es a través de la lengua.
  • Con los más pequeños es conveniente hacer juegos de cambios de lengua con sus respectivos códigos extralingüísticos (gestos corporales y faciales, entonaciones, proximidad, etc.)
  • Para que la valoración de cada lengua ocurra de manera armónica y equilibrada es importante mantener las conexiones con el país de origen de forma activa y positiva. Conocer su historia nacional y las pequeñas historias familiares, sus tradiciones culturales, su geografía y espacios naturales y arquitectónicos emblemáticos a través del relato oral, de libros o internet, son algunas buenas opciones.
  • El desarrollo del vocabulario y de la conciencia de las distintas estructuras gramaticales de ambas lenguas es un asunto a tratar permanentemente, por ello el papel que desempeñemos como apoyo a generar situaciones comunicativas diversas va a determinar un mejor desempeño escolar.

Es un arduo trabajo pero podemos hacerlo más sencillo si decidimos hablar y escuchar, acompañar y apoyar a nuestros hijos e hijas.

Esperamos que este artículo haya sido útil. Cuéntanos tu experiencia y comparte esta publicación.

Hasta la próxima...





Por Karla Cavallaro Orence
Arquitecta, diseñadora, creadora y mamá de Luna
y Nancy Cavallaro Orence
Docente, promotora de lectura y creadora de contenidos
para niñas y niños.






















Comentarios

  1. Muy buen artículo, realista e inspirador. Presenta en forma coherente y a la vez poética el desarrollo del tema y con su base vivencial nos presenta facetas del bilingüismo en forma muy atractiva. quienes hemos vivido el biligüismo nos podemos identificar plenamente con los planteamientos de karla.

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    1. ¡Muchas gracias por leernos! Te invitamos a compartir nuestras publicaciones, si es de tu agrado, y a sugerirnos temas de tu interés. Abrazos enormes.

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    2. Saludos, nos alegra que te haya gustado. Ha sido un verdadero placer compartir nuestras experiencias.

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  2. No he pasado por esta experiencia, pero siempre he tenido mucha curiosidad al respecto. Una vez concí a una niña de 8 años, de Madre latina y papá austriaco y su mamá quería que se comunicara conmigo en Español, pero ella sólo quería hablar en alemán. Conozoco también a una familia de Italianos que viven aquí en Austria y tienen dos niños pequeños, los niños en casa Hablan Italiano, pues sus padres no hablan Alemán, hablan español y en el colegio hablan Alemán. Cuando el más grande (7 años) conversa conmigo me habla en Español y cuando no conoce una palabra me la dice en Aleman y en último caso en Italiano. Creo que para los niños eso no representa ningún problema. Ya quisieramos los adultos tener esa capacidad de aprender tan rápido! Me ha gustado mucho su artículo, espero ansiosa por el siguiente!

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    1. Agradecemos mucho tu comentario, Ayariz. Pronto vendrán muchos más artículos para compartir y que sirvan de reflexión para padres, madres y docentes. También para el disfrute lúdico de nuestra comunidad de lectores de Ediciones El Gallo Pelón. Un abrazo enorme.

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    2. Saludos Ayariz, gracias por leernos y comentarnos tu experiencia. Nuestra intención será siempre mostrar la importancia de la infancia y lo mucho que debemos aprender de nuestros peques.

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